viernes, 7 de septiembre de 2012

Dos Ruedas

I. Fueron tres gritos. Con los dos brazos en alto. Uno antes de cruzar. Otro sobre la línea de meta. El tercero después. Y luego el puño lanzado al aire. Lo que salió del alma de Alberto en esos tres gritos fueron dos años de rabia, de trabajo, de esfuerzo, de lucha. Lo que salió eran los restos de fuerza que le quedaban después de 50 kilómetros. Vacio. Y luego llega la emoción contenida contestando a preguntas, los ojos vidriosos. La voz quebrada Nicki, Benja, Toso, Paulinho, Bruno, Dani, Rafa, Jesús. (Piel de gallina y lagrimones de emoción) Luego llegó Purito. El gesto serio, resignado, sereno. Y dio una lección de ciclismo. Espectáculo,  sensaciones en carrera, ganar, perder, caerse, luchar, cojones. "Pienso que pasará a la historia este día. Y el formar parte de esta historia también a uno le hace grande" Purito dixit.

II. Yo he sido de escaladores. Marino, Perico, Chiapucci… De los que bailaban encima de la bicicleta mientas suben puertos imposibles. Y dan emoción a las grandes carreras ciclistas. El miércoles volví a los años del colegio, a las pelotillas, a la radio clandestina en horas de clase, a devorar los resúmenes de la noche.

III. Mi abuelo escribía de ciclismo. No lo llegué a conocer, pero él a mí sí. Tengo una foto recién nacida en sus brazos. Creo que  me estaba contando cosas de Ocaña, Gabika, Loroño, Perurena, Merckx, Gimondi…, explicándome las grandes gestas ciclistas y lo emocionante que podía llegar a ser ese deporte. Creo que ahí empezó mi afición. El miércoles me acordé de esa foto cuando veía el final de la etapa.