martes, 31 de diciembre de 2013

El año del FEST

2013 ha sido el año del Frías Rust Fest. No sólo porque la primera mitad del año nos absorbió la vida con su preparación sino porque el resto del año conseguía sacarme una sonrisa cada vez que me venía a la mente ese fin de semana.

Organizar un evento que dura todo un fin de semana y tiene como centro la música de Neil Young no es fácil y por eso lo primero que me sale es dar un GRACIAS enorme a Joserra. Todo el estrés, los enfados, telefonazos, discusiones organizativas y demás historias merecieron la pena y volveríamos a dejarnos enredar en tus historias, sin duda.

Pensar en el Fest es también dar un GRACIAS mayúsculo a Frías, que se volcó en la organización poniendo ilusión y trabajo en un fin de semana en el que se me saltaban las lágrimas de orgullo por el pueblo y sus gentes.

GRACIAS también a las bandas que participaron, sobretodo a aquellas que saltaron sin paracaídas, sin saber casi de qué iba el tema y que desde el principio dijeron que sí a Joserra.
Espero que los que no supieron agradecer el esfuerzo y el trabajo disfrutaran del Fest por lo menos tanto como lo disfruté yo. 

Y GRACIAS en especial a la familia y amigos, que son familia, por regalarme un fin de semana de rock&roll y hippismo que ha sido la gasolina para el resto del año.


Repetimos?








domingo, 22 de diciembre de 2013

Sonreir

I. Sigo enganchada a una sonrisa que me crucé el otro día.

II. Hay sonrisas y sonrisas. Las buenas son las que empiezan en los ojos y van invadiendo todo el cuerpo hasta traspasarlo y colonizar el resto del mundo alrededor.

III. También hay sonrisas de resistencia. Me niego a que me roben mi sonrisa quienes se erigen en jueces de mi cuerpo. Lucharemos pero con la sonrisa puesta. Que se jodan.


viernes, 1 de noviembre de 2013

Cinco Minutos

Jugábamos a ser convencionales. 

Y nos metíamos en la cama dándonos la espalda, cerrados los ojos, pretendiendo estar dormidos. Hasta que nuestras pieles se rozaban despertando el fuego que nos quemaba por dentro. Y acabábamos en un amanecer de sábanas revueltas, sudor, saliva y ojeras. 

Jugábamos a ser convencionales 
durante cinco minutos. 


lunes, 28 de enero de 2013

Un domingo cualquiera


I. La incertidumbre es una losa. Es la tierra de nadie, perdido, sin mapas que orientan, sin fuerzas para avanzar, bruma mental que no deja pensar. La incertidumbre desespera y se camufla de mala suerte, de falta de acierto. Es ver todos los elementos en contra. Y no saber utilizar las armas que tienes. Matar moscas a cañonazos y elefantes lanzando bolas de papel.

Cuando desaparece la incertidumbre eres capaz de reconocerte y de reconocer tu sitio. Ya no son necesarios los mapas para transitar tu propio territorio. La mala suerte se convierte en reto que superar. Lees los elementos que te rodean y los aprovechas en tu misión. Tus armas, las de siempre, funcionan. Tres disparos te ponen en el camino.

II. La convicción te da alas. Creer que se puede es medio camino hasta la meta. El otro medio es la constancia, el trabajo, la sintonía (fundamental la sintonía), el hambre, la alegría. Salir al encuentro de la victoria hace a los gigantes menos gigantes. Nunca pedir perdón por creer que eres grande. De los segundos nadie se acuerda.

III. El miedo es una duda de un microsegundo. Si la convicción deja paso a una duda, aunque sea de un microsegundo, el miedo aparece. Y viene acompañado de incertidumbre. Y de dolor. Are you ready for the pain?