Dylan no da conciertos.
Hace el amor con sus canciones.
Dylan no canta.
Te lanza las palabras como se lanzan huesos
a los perros hambrientos.
Cuando el corazón se te para de tanta emoción,
Dylan te desfribrila con su armónica.
Dylan enamorado,
se lleva a sus canciones a rincones especiales
por todo el planeta en una luna de miel interminable.
Dylan,
a regañadientes,
nos deja ser testigos de esa historia de amor y deseo.
Neverending Tour,
Neverending Bob.
La crónica del concierto más bonita y exacta que he leído. Neverending Bob.
ResponderEliminarGracias Charo! Lo escribí durante el concierto... retazos de una noche mágica.
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